The China Mail - Un ejército de voluntarios se lanza a ayudar a los damnificados por el desastre en Valencia

USD -
AED 3.673038
AFN 70.000165
ALL 83.066274
AMD 382.490268
ANG 1.789783
AOA 916.999961
ARS 1423.993978
AUD 1.509753
AWG 1.8025
AZN 1.70145
BAM 1.671367
BBD 2.013724
BDT 121.707771
BGN 1.67047
BHD 0.377055
BIF 2945
BMD 1
BND 1.283398
BOB 6.909075
BRL 5.403797
BSD 0.999812
BTN 88.112288
BWP 13.398564
BYN 3.384577
BYR 19600
BZD 2.01087
CAD 1.38594
CDF 2870.999988
CHF 0.798977
CLF 0.024581
CLP 964.320134
CNY 7.121501
CNH 7.119205
COP 3924.25
CRC 504.279238
CUC 1
CUP 26.5
CVE 94.229093
CZK 20.83355
DJF 177.720075
DKK 6.377655
DOP 63.605599
DZD 129.742987
EGP 48.098301
ERN 15
ETB 143.851176
EUR 0.85418
FJD 2.271797
FKP 0.738995
GBP 0.738875
GEL 2.690473
GGP 0.738995
GHS 12.197915
GIP 0.738995
GMD 72.500354
GNF 8669.606385
GTQ 7.663778
GYD 209.187358
HKD 7.78991
HNL 26.199388
HRK 6.436398
HTG 130.786651
HUF 335.715503
IDR 16446.95
ILS 3.32245
IMP 0.738995
INR 88.05135
IQD 1309.883949
IRR 42075.000005
ISK 122.320203
JEP 0.738995
JMD 160.086482
JOD 0.70901
JPY 147.319497
KES 129.198224
KGS 87.450234
KHR 4006.990228
KMF 420.503248
KPW 900.013015
KRW 1387.939699
KWD 0.30551
KYD 0.833191
KZT 538.548966
LAK 21674.186492
LBP 89536.574944
LKR 301.953546
LRD 189.967527
LSL 17.573023
LTL 2.95274
LVL 0.60489
LYD 5.406006
MAD 9.025364
MDL 16.647582
MGA 4443.532951
MKD 52.581654
MMK 2099.458951
MNT 3597.415466
MOP 8.022133
MRU 39.984447
MUR 45.498216
MVR 15.410035
MWK 1733.720731
MXN 18.581765
MYR 4.214992
MZN 63.895805
NAD 17.573023
NGN 1506.360006
NIO 36.797758
NOK 9.921275
NPR 140.982332
NZD 1.680992
OMR 0.384497
PAB 0.999795
PEN 3.492283
PGK 4.240373
PHP 57.08197
PKR 283.817447
PLN 3.640674
PYG 7162.145995
QAR 3.645251
RON 4.336102
RSD 100.073046
RUB 84.497824
RWF 1448.812169
SAR 3.751426
SBD 8.223823
SCR 14.185972
SDG 601.000216
SEK 9.35221
SGD 1.281915
SHP 0.785843
SLE 23.374992
SLL 20969.49797
SOS 571.448104
SRD 39.373975
STD 20697.981008
STN 20.936234
SVC 8.749081
SYP 13001.736919
SZL 17.555269
THB 31.748504
TJS 9.488225
TMT 3.51
TND 2.916133
TOP 2.342102
TRY 41.270698
TTD 6.786019
TWD 30.31299
TZS 2465.000056
UAH 41.25211
UGX 3509.596486
UYU 39.934027
UZS 12353.654993
VES 156.178305
VND 26395
VUV 119.746932
WST 2.715893
XAF 560.548793
XAG 0.024269
XAU 0.000274
XCD 2.70255
XCG 1.802
XDR 0.697447
XOF 560.560768
XPF 101.915945
YER 239.602631
ZAR 17.482097
ZMK 9001.202791
ZMW 24.171082
ZWL 321.999592
Un ejército de voluntarios se lanza a ayudar a los damnificados por el desastre en Valencia
Un ejército de voluntarios se lanza a ayudar a los damnificados por el desastre en Valencia / Foto: © AFP

Un ejército de voluntarios se lanza a ayudar a los damnificados por el desastre en Valencia

Aún no es mediodía de este viernes feriado en España, y una multitud cruza apresurada los puentes que unen la ciudad de Valencia con la periferia sur. Cargan palas, escobas o agua; todo vale para ayudar a los vecinos que quedaron atrapados en el infierno de barro que trajo la riada.

Tamaño del texto:

"Hemos cogido lo que teníamos en casa, y a ayudar", cuenta Federico Martínez portando una pala al hombro.

Llegado de una localidad del otro lado de Valencia, camina junto a unos amigos hacia la zona afectada. Tras conocer la magnitud de esta tragedia sin precedentes, que ya suma más de 200 fallecidos, miles de personas se lanzaron caminando este viernes festivo hacia las zonas arrasadas, todavía cortadas al tráfico.

"Esto emociona, pone los pelos de punta", explica este ingeniero de 55 años con la voz entrecortada.

A medida que se avanza por las huertas ahora devastadas que unen la capital valenciana, donde no llegó la riada, se multiplica el barro y las huellas del desastre que ha dejado a miles y miles de personas sin agua y sin luz desde la fatídica tarde del martes.

"Toda la ayuda es poca. Menos mal que España es solidaria", opina Alicia Izquierdo.

Junto a su hermana Marta caminan empujando dos carros de compra repletos de alimentos hacia la casa de su hermano, que vive en Paiporta, una localidad de más de 25.000 habitantes convertida en el epicentro de la destrucción.

Pese a que viven en un pueblo cercano que no se vio afectado, tampoco les fue fácil conseguir comida en su supermercado, ya que el agua ha dañado las comunicaciones alrededor de la tercera mayor ciudad de España.

"No están entrando los camiones a Valencia", denuncian angustiadas.

- Sin noticias -

Tampoco se lo pensó Tamara Gil para lanzarse a caminar los tres kilómetros de huerta y polígonos industriales que separan Valencia de Paiporta.

Anda a paso ligero empujando un carro metálico con agua y todo lo que creyó que podía ser útil. Quiere llegar cuanto antes al colegio donde es profesora y del que se fue el martes por la tarde, poco antes de que la riada arrasara Paiporta.

Tras aquella noche que pasó al teléfono esperando noticias, aún desconoce si todos sus alumnos están bien.

"No sé nada de ellos ni de sus familias y no sé cómo ha podido repercutirles", explica preocupada.

El colorido flujo de voluntarios se dispersa en la entrada del pueblo, donde la furiosa ola marrón dejó amontonados los coches en una plaza cercana al cuartel de la Guardia Civil.

Pese a que las autoridades intentaron disuadirles argumentando que podrían obstaculizar las vías de paso de los equipos de rescate, aunque van a pie, muchos cargan sus garrafas y bolsas por las calles cubiertas de barro que llevan al auditorio municipal. Allí, junto a dos coches rojos amontonados frente a la fachada principal, se han apartado ramas y escombros para establecer un punto de distribución de ayuda.

Tras casi tres días sin agua ni luz, y con todos los comercios del municipio arrasados, decenas de vecinos aguardan en una larga fila.

"Lo más primordial es la comida y el agua", explica junto a su esposa Ramón Vicente, de 73 años, ambos damnificados.

Ellos vivieron la riada de 1957 que anegó la ciudad de Valencia dejando decenas de muertos y marcando a generaciones de valencianos hasta que el desastre actual ha pulverizado todos los registros.

"Me acuerdo de aquello y la ciudad pasó mucho tiempo para recuperarse", lamenta junto a su esposa Fausti, preocupada por cómo podrá conseguir los medicamentos que necesita y le dispensan en un hospital al que ahora no puede llegar.

"A la gente mayor esto nos va a pasar factura", suspira.

- "Estamos vivos" -

En cada calle, vecinos y voluntarios tratan de achicar montañas de barro todavía húmedo y viscoso de las casas. Todo es marrón ahora en Paiporta, donde ningún bajo comercial se ha salvado de la crecida.

De la iglesia principal del municipio, los voluntarios siguen sacando capazos de agua de un interior donde el agua llega a los tobillos.

Frente al barranco, un grupo de voluntarios trata de apartar el barro que llena una de las vías.

"Falta organización. La gente quiere ayudar, pero no hay nadie que organice", observa Montse Fernández, que ha venido desde Godella, al norte de Valencia.

"No hay suficientes bomberos, no vienen las palas… Aquí todo es particular", explica Paco Clemente, un farmacéutico de 33 años que ha venido de la cercana Torrente, mientras saca montones de fango del interior de la casa de unos amigos.

Al otro lado del barranco, Estefanía García camina con precaución entre el barro con su bebé de un mes y medio dormida en los brazos. Su familia le está esperando junto a su hija de dos años para irse de Paiporta a un lugar más seguro. Han sido días terribles, pero pese a todo se siente afortunada.

"Hemos perdido los coches, parte de la casa, pero no pasa nada, estamos vivos", explica con los ojos vidriosos.

E.Choi--ThChM