The China Mail - Día de furia en el epicentro de las inundaciones en España

USD -
AED 3.672498
AFN 68.256206
ALL 83.066274
AMD 382.490167
ANG 1.789783
AOA 916.999777
ARS 1418.987903
AUD 1.508432
AWG 1.8
AZN 1.702307
BAM 1.671367
BBD 2.013724
BDT 121.707771
BGN 1.668801
BHD 0.377022
BIF 2983.618045
BMD 1
BND 1.283398
BOB 6.909075
BRL 5.4027
BSD 0.999812
BTN 88.112288
BWP 13.398564
BYN 3.384577
BYR 19600
BZD 2.01087
CAD 1.38481
CDF 2871.000218
CHF 0.796901
CLF 0.024569
CLP 963.850506
CNY 7.121502
CNH 7.11623
COP 3925.64
CRC 504.279238
CUC 1
CUP 26.5
CVE 94.229093
CZK 20.80535
DJF 178.047249
DKK 6.366115
DOP 63.605599
DZD 129.742028
EGP 48.085035
ERN 15
ETB 143.851176
EUR 0.85276
FJD 2.271798
FKP 0.738995
GBP 0.73803
GEL 2.689997
GGP 0.738995
GHS 12.197915
GIP 0.738995
GMD 72.496392
GNF 8669.606385
GTQ 7.663778
GYD 209.187358
HKD 7.789715
HNL 26.199388
HRK 6.424606
HTG 130.786651
HUF 335.001981
IDR 16438.75
ILS 3.32245
IMP 0.738995
INR 88.04135
IQD 1309.883949
IRR 42074.999673
ISK 121.940167
JEP 0.738995
JMD 160.086482
JOD 0.709023
JPY 147.406019
KES 129.200622
KGS 87.449711
KHR 4006.990228
KMF 420.506379
KPW 900.013015
KRW 1386.405009
KWD 0.30543
KYD 0.833191
KZT 538.548966
LAK 21674.186492
LBP 89536.574944
LKR 301.953546
LRD 189.967527
LSL 17.573023
LTL 2.95274
LVL 0.60489
LYD 5.406006
MAD 9.025364
MDL 16.647582
MGA 4443.532951
MKD 52.581654
MMK 2099.458951
MNT 3597.415466
MOP 8.022133
MRU 39.984447
MUR 45.50243
MVR 15.410299
MWK 1733.720731
MXN 18.5779
MYR 4.214948
MZN 63.904195
NAD 17.573023
NGN 1507.780533
NIO 36.797758
NOK 9.882555
NPR 140.982332
NZD 1.678404
OMR 0.384496
PAB 0.999795
PEN 3.492283
PGK 4.240373
PHP 57.023495
PKR 283.817447
PLN 3.632802
PYG 7162.145995
QAR 3.645251
RON 4.327501
RSD 99.882049
RUB 84.348556
RWF 1448.812169
SAR 3.751684
SBD 8.223823
SCR 14.266967
SDG 600.999987
SEK 9.31537
SGD 1.281255
SHP 0.785843
SLE 23.37504
SLL 20969.49797
SOS 571.448104
SRD 39.374003
STD 20697.981008
STN 20.936234
SVC 8.749081
SYP 13001.736919
SZL 17.555269
THB 31.740983
TJS 9.488225
TMT 3.51
TND 2.916133
TOP 2.342101
TRY 41.28513
TTD 6.786019
TWD 30.278013
TZS 2465.000185
UAH 41.25211
UGX 3509.596486
UYU 39.934027
UZS 12353.654993
VES 154.688798
VND 26395
VUV 119.746932
WST 2.715893
XAF 560.548793
XAG 0.024285
XAU 0.000274
XCD 2.70255
XCG 1.802
XDR 0.697447
XOF 560.560768
XPF 101.915945
YER 239.563464
ZAR 17.477304
ZMK 9001.193009
ZMW 24.171082
ZWL 321.999592
Día de furia en el epicentro de las inundaciones en España
Día de furia en el epicentro de las inundaciones en España / Foto: © AFP

Día de furia en el epicentro de las inundaciones en España

"Asesinos", "hijos de puta"... Una multitud indignada grita a los políticos que acompañan a los reyes de España cuando llegan a la localidad arrasada por las inundaciones de Paiporta.

Tamaño del texto:

Algunos les lanzan fango, otros vociferan desgarrados entre lágrimas. Quieren saber por qué nadie les avisó de que el barro iba a arrasarles la vida y porque nadie les ayuda ahora.

A unos metros del destrozado Auditorio Municipal, donde se ha abierto lugar entre los escombros para recibir los donativos, cientos de personas se arremolinan sobre una decena de coches oficiales. Cinco días después de la riada que destruyó parte de la provincia de Valencia, las autoridades realizan su primera visita oficial.

Pero para los vecinos de Paiporta, donde los muertos ya son más de 70 según la alcadesa de la ciudad y aún buscan desaparecidos en los garajes anegados, ya es demasiado tarde.

"¿Cuántos muertos hay?, ¿Cuántos muertos hay?", gritan los vecinos enfebrecidos a la comitiva, que pronto tuvieron que abandonar el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe del ejecutivo regional, Carlos Mazón, por la violencia.

"¡El presidente es un perro!", gritan en alusión a Sánchez.

Finalmente, solo avanzan caminando los Reyes de España, a los que trata de proteger un cordón de seguridad desbordado.

"No son muertos, son asesinatos", lanzan otros jóvenes.

Un hombre, entre lágrimas, les grita que se vayan de su pueblo, mientras los agentes empujan a una multitud por momentos fuera de control. Hay resbalones y conatos de cargas. Y mucha indignación.

Con la chaqueta manchada de barro, y la cara y el pelo salpicados por esta sustancia viscosa que engulló el pueblo, el Rey consigue avanzar unos pasos.

"Si hubieran venido el primer día y se hubieran puesto las botas, el pueblo los hubiese apoyado", le recrimina un joven con una chaqueta amarilla, que ha logrado acercarse hasta el Rey.

"Felipe, hay gente muerta por ahí", le lanza al monarca, que asiente con el gesto grave mientras trata de darle explicaciones.

Unos metros más adelante, la reina Letizia, con la frente y la nariz manchadas de fango, escucha conmocionada a una chica y se lleva las manos a la cara.

"Hay niños muertos, no tenéis vergüenza", les grita a lo lejos un hombre entre lágrimas.

- "¡Fuera de nuestro pueblo!" -

Indignados por una desgracia llena todavía de interrogantes, los vecinos del cinturón sur de Valencia se sienten solos. Han pasado cinco días desde la furiosa ola marrón que les sorprendió y a la que todavía no encuentran respuestas.

A muchos aquí en Paiporta la alerta por el temporal -que en esta localidad de más de 25.000 habitantes no dejó una gota de lluvia- les llegó cuando el agua que desbordó el barranco les llegaba ya a la cintura.

"¡Fuera de nuestro pueblo!", gritan indignados a las autoridades.

La mayor furia, sin embargo, es contra el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, y el jefe del ejecutivo regional, el conservador Carlos Mazón, a los que apenas se les vio por Paiporta.

"¿Dónde está Pedro Sánchez, Pedro Sánchez dónde está?", coreaban los vecinos con la voz rasgada.

"Ahora sí que hay policía aquí", lamentaba un joven con la ropa marrón por el barro.

- "Nos vais a olvidar" -

Tras transitar a pie parte de lo que hace unos días era una de las avenidas de la ciudad, convertida ahora en un cementerio de escombros, coches arrasados y calles enfangadas, los Reyes tratan de subirse a sus vehículos.

No lo consiguen a la primera y retroceden, para nerviosismo de su equipo de seguridad. Finalmente, tras conversar con más vecinos que logran acercarse, la comitiva abandona la ciudad, que vuelve a su nueva realidad de destrucción, barro y búsqueda por los vecinos que todavía les faltan.

"Vi cómo se arrancaba la pasarela de cuajo. Hemos tenido que salvar ancianas, policías, y yo. No había ley", recuerda con la voz temblorosa.

Con la hamburguesería en la que trabajaba ahora destruida, y meses de reconstrucción por delante, el futuro se ve muy lejano hoy con los pies sumergidos en el barro de Paiporta.

"En una semana, nos vais a olvidar todos", lamenta.

S.Davis--ThChM