Rearme alemán enfrenta a fabricantes tradicionales y a empresas emergentes
El rearme de Alemania enfrenta a los grandes fabricantes, defensores del armamento convencional, y a las empresas emergentes, que apuestan por tecnologías como los drones con inteligencia artificial.
El jefe del gobierno, Friedrich Merz, prometió miles de millones de euros en inversiones para responder tanto a la amenaza rusa, considerada evidente desde la invasión de Ucrania, como a Estados Unidos, que ya no quiere financiar sectores enteros de la seguridad europea.
Sin embargo, aún está por decidir a dónde destinar estos recursos.
Las empresas emergentes alemanas alegan que la guerra en Ucrania ha dado muestras de que equipos relativamente baratos que pueden fabricarse en masa, como los drones con IA, serán clave en conflictos futuros.
Algunos consideran que se ha invertido en exceso en equipos costosos, como tanques y vehículos blindados, pero que son vulnerables frente a nuevas armas aéreas más baratas.
"Claramente ha habido un foco excesivo en las plataformas tradicionales", indicó a AFP Gundbert Scherf, uno de los directivos y fundadores de la empresa alemana Helsing, dedicada a la tecnología de defensa.
Scherf, cuya empresa emergente con sede en Múnich fue fundada en 2021 y suministra drones de ataque a Ucrania, ve señales de un cambio de actitud.
"Espero que veamos un cambio en el patrón de gastos, de un 99% del foco en sistemas tradicionales y 1% en sistemas autónomos, a un mayor equilibrio", expresó.
- Presión -
La startup alemana Stark, fundada hace 18 meses y con experiencia probando drones con el ejército, comparte el optimismo moderado de Helsing.
"La contratación pública está cambiando en Alemania y eso es realmente positivo", indicó Josef Kranawetvogl, ejecutivo de la firma, preocupado aún así por que el cambio no sea lo suficientemente rápido.
En el otro extremo del debate se encuentra Rheinmetall, el mayor fabricante de armas de Alemania y uno de los principales proveedores de vehículos militares y municiones, cuyas ventas se dispararon con la guerra de Ucrania.
Su director ejecutivo, Armin Papperger, reconoce que los drones son cada vez más importantes (Rheinmetall también los fabrica y está invirtiendo más en ellos), pero sostiene que son solo uno de los muchos sistemas que serán vitales en el futuro.
"Si hubiera una guerra en la que participara la OTAN, sería muy diferente de lo que vemos actualmente en Ucrania", declaró recientemente Papperger, cuya empresa está valorada en unos 70.000 millones de euros (82.000 millones de dólares).
"Los drones desempeñarían un papel menos importante que el que tienen ahora", agregó.
- "Rezagada" -
Los drones también figuran en los planes del Gobierno alemán y, en octubre, el ministro de Defensa, Boris Pistorius, afirmó que Berlín tenía previsto invertir 10. 000 millones de euros (11.700 millones de dólares) en esta tecnología en los próximos años.
Sin embargo, hay indicios de que se seguirá prestando atención al armamento tradicional.
El medio de comunicación Politico informó de que el gobierno había destinado 377.000 millones de euros (442.000 millones de dólares) a la compra de armamento, gran parte del cual se destinará a los gigantes del sector.
Un portavoz del Ministerio de Defensa se negó a comentar la noticia, pero subrayó que los drones forman parte de las operaciones militares desde hace tiempo.
El vocero añadió, bajo condición de anonimato, que "los tanques de combate, los vehículos blindados de transporte de tropas y los aviones de combate seguirán siendo necesarios en el futuro", en combinación con los sistemas no tripulados.
El rearme de Alemania supone una gran transformación para un país con una larga tradición pacifista marcada por su dolorosa historia en la Segunda Guerra Mundial.
Pero, al igual que las empresas emergentes, a algunos observadores les preocupa que el rearme avance demasiado lentamente y corra un grave riesgo de fracasar.
La "planificación está quedando rezagada respecto al inexorable auge de los sistemas no tripulados y autónomos", escribieron recientemente el destacado historiador británico Niall Ferguson y Moritz Schularick, presidente del Instituto Kiel, un centro de investigación económica alemán.
F.Jackson--ThChM