The China Mail - Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia

USD -
AED 3.672504
AFN 66.067856
ALL 82.329403
AMD 381.252395
ANG 1.790403
AOA 917.000367
ARS 1440.750402
AUD 1.502178
AWG 1.8
AZN 1.70397
BAM 1.665148
BBD 2.010898
BDT 122.012686
BGN 1.66663
BHD 0.376399
BIF 2951.002512
BMD 1
BND 1.28943
BOB 6.898812
BRL 5.419704
BSD 0.998425
BTN 90.29075
BWP 13.228896
BYN 2.94334
BYR 19600
BZD 2.008003
CAD 1.37795
CDF 2240.000362
CHF 0.795992
CLF 0.023203
CLP 910.250396
CNY 7.054504
CNH 7.05355
COP 3802.477545
CRC 499.425312
CUC 1
CUP 26.5
CVE 93.878507
CZK 20.669104
DJF 177.795752
DKK 6.361804
DOP 63.471117
DZD 129.660125
EGP 47.313439
ERN 15
ETB 156.002554
EUR 0.851404
FJD 2.271804
FKP 0.747509
GBP 0.747831
GEL 2.703861
GGP 0.747509
GHS 11.461411
GIP 0.747509
GMD 73.000355
GNF 8683.325529
GTQ 7.647184
GYD 208.879997
HKD 7.78025
HNL 26.285812
HRK 6.417704
HTG 130.867141
HUF 327.990388
IDR 16633.75
ILS 3.222795
IMP 0.747509
INR 90.570104
IQD 1307.905155
IRR 42122.503816
ISK 126.403814
JEP 0.747509
JMD 159.856966
JOD 0.70904
JPY 155.76504
KES 128.74718
KGS 87.450384
KHR 3997.275552
KMF 419.503794
KPW 899.996355
KRW 1474.530383
KWD 0.306704
KYD 0.832063
KZT 520.710059
LAK 21644.885275
LBP 89408.028607
LKR 308.509642
LRD 176.22068
LSL 16.844664
LTL 2.95274
LVL 0.60489
LYD 5.423354
MAD 9.185305
MDL 16.877953
MGA 4422.970499
MKD 52.403048
MMK 2099.82189
MNT 3545.972795
MOP 8.006045
MRU 39.956579
MUR 45.920378
MVR 15.403739
MWK 1731.301349
MXN 18.013904
MYR 4.097304
MZN 63.910377
NAD 16.844664
NGN 1452.570377
NIO 36.745988
NOK 10.137304
NPR 144.46554
NZD 1.72295
OMR 0.384504
PAB 0.998425
PEN 3.361458
PGK 4.303776
PHP 59.115038
PKR 279.805628
PLN 3.59745
PYG 6706.398195
QAR 3.638755
RON 4.335904
RSD 99.936146
RUB 79.673577
RWF 1453.152271
SAR 3.752205
SBD 8.176752
SCR 15.027038
SDG 601.503676
SEK 9.269904
SGD 1.292104
SHP 0.750259
SLE 24.125038
SLL 20969.503664
SOS 569.579839
SRD 38.548038
STD 20697.981008
STN 20.859052
SVC 8.736112
SYP 11056.819441
SZL 16.838789
THB 31.595038
TJS 9.175429
TMT 3.51
TND 2.918735
TOP 2.40776
TRY 42.580368
TTD 6.775361
TWD 31.335104
TZS 2471.074028
UAH 42.185773
UGX 3548.593078
UYU 39.180963
UZS 12028.436422
VES 267.43975
VND 26306
VUV 120.685003
WST 2.775482
XAF 558.475161
XAG 0.016141
XAU 0.000233
XCD 2.70255
XCG 1.799413
XDR 0.694564
XOF 558.475161
XPF 101.536759
YER 238.503589
ZAR 16.87546
ZMK 9001.203584
ZMW 23.038611
ZWL 321.999592
Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia
Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia / Foto: © AFP

Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia

Sumergidos hasta la cintura, varios bomberos sacuden el agua oscura en la que flotan maderas, palos y residuos. Buscan posibles víctimas en este túnel entre dos localidades ahora destruidas cerca de la ciudad española de Valencia, donde hace unos días una ola de barro arrasó con todo.

Tamaño del texto:

"Los sótanos están todos inundados, yo entiendo que ahora cuando empiecen a sacar el agua van a salir bastantes fallecidos", explica Javier López sacudiéndose las manos manchadas de barro.

Él se dio la vuelta a tiempo cuando vio entrar una "catarata" de agua en el túnel que queda al lado de su casa, cuya planta inferior está ahora arrasada.

Minutos antes, un compañero le había dicho que la vecina Benetúser, donde tiene su empresa, se estaba inundando.

"La empresa, la oficina, la nave, los vehículos, los coches que teníamos aquí en la calle, está todo perdido", cuenta abatido.

Varios amigos le ayudan ahora a sacar el fango de la parte baja de su casa, donde una raya marrón de más de un metro recuerda sobre su cocina arrasada hasta dónde llegó el agua en la terrible tarde del martes.

"Estamos todos en shock", reconoce sobre el estado de esta poblada zona del área metropolitana de la tercera ciudad de España.

- "Estampida" -

Unas calles más allá, junto a la iglesia de la vecina Sedaví, otro camión de bomberos trata de drenar el agua que anega un garaje de dos pisos de los que no se sabe si todos pudieron salir.

"Nos vino una ola como de cuatro o cinco palmos, que luego se incrementó porque llevaba mucha fuerza. Los coches que venían se montaban unos encima de otros", describe Paquita, una vecina de 76 años que vio todo desde su balcón.

Quiere pensar que todo el mundo consiguió sacar los coches del estacionamiento, de donde los vehículos huían "en estampida", pero cuatro días después de la tragedia todavía hay muchas incertidumbres en Valencia.

"Hay gente que lo ha perdido todo y encima está buscando familiares", indica con la voz entrecortada.

- "Nos han dejado solos" -

Pese al incesante trabajo de residentes y voluntarios, las huellas del desastre aparecen a cada paso. Una mujer irrumpe en gritos en mitad de la calle y los vecinos corren a asistirla. Acaba de ver cómo la riada ha destrozado su negocio.

Pirámides de coches cortan el paso en algunas calles, con tramos inaccesibles. En otras, los objetos inservibles por el barro se apilan entre las aceras, mientras los vecinos siguen sacando fango sin cesar.

"Gracias a la gente que ha venido a ayudarnos, a todos, porque por parte de las autoridades, nadie", lamenta con la voz vibrante de indignación Estrella Cáceres, de 66 años.

La actividad es frenética en la planta baja de la que ha sido su casa desde hace 40 años. Amigos y familiares vacían habitaciones inservibles y tratan de rescatar recuerdos de esta vivienda en la que Estrella estaba con sus nietos cuando los sorprendió la riada.

Gracias a una segunda planta se salvaron. "Si no, ahora igual no estábamos mi nieta y a lo mejor yo", explica.

Al fondo de la casa, su marido Manuel trata de limpiar la parte trasera, donde el agua casi alcanzó el metro y medio de altura. Sabe bien lo que hace, fue bombero durante 33 años y ahora le ha tocado estar del otro lado de la tragedia.

"Esto va a tardar meses, porque el coche no lo podemos sacar y hasta que no venga la UME y retire todo, no podemos sacar nada", dice, en referencia al cuerpo militar de rescate.

Frente a la única farmacia que queda abierta en Alfafar, decenas de vecinos hacen fila. Desde aquí la vida cotidiana todavía se ve muy lejos y los vecinos de esta zona arrasada no saben cuándo dejarán de contar pérdidas.

"Yo sé de gente muerta y desaparecida, mucha", dice Charo de la Rosa, mientras aguarda para comprar medicamentos para sus padres.

"Son vecinos, son gente que quieres, que te has criado con ellos (...) Gente a la que no vas a volver a ver, y la muerte tan difícil que han tenido, y tan cruel, se hubiera podido evitar", lamenta esta trabajadora de hostelería. "Nos han dejado solos".

A.Sun--ThChM