

Jair Bolsonaro, el líder de la derecha que presiona a las instituciones brasileñas
Como político, proclamó su nostalgia de la dictadura. Como jefe de Estado, desafió las instituciones. Ahora, juzgado por presunto intento golpista, el expresidente de Brasil Jair Bolsonaro fue ordenado a cumplir arresto domiciliario.
El exmandatario (2019-2022), recientemente obligado a usar un brazalete electrónico y quedarse en casa las noches y los fines de semana, fue confinado el lunes a su residencia, en Brasilia, por "reiterado incumplimiento" de las restricciones judiciales, según alegó el juez Alexandre de Moraes, al frente de su juicio.
A sus 70 años, el líder de la derecha en el mayor país de América Latina es sospechoso de ejercer presión sobre el resultado de su juicio a través de sus seguidores en redes sociales.
Bolsonaro es acusado de conspirar para impedir el regreso al poder de su gran rival de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva, quien lo derrotó en las elecciones de 2022 y es el actual jefe de Estado.
El hombre al que sus partidarios apodan "El Mito" proclamó su inocencia en junio ante la corte suprema: "La palabra 'golpe' nunca estuvo en mi diccionario", lanzó.
Ya inhabilitado electoralmente hasta 2030 por sus ataques sin pruebas al sistema de votación, Bolsonaro deberá conocer su suerte judicial en algunas semanas.
Una condena podría llevarlo a la cárcel por décadas.
Pero este líder ultraderechista, por ahora sin sucesor claro para las presidenciales de 2026, no quiere tirar la toalla.
"Vamos a continuar la lucha", dijo en mayo en una manifestación en Brasilia, mientras sus seguidores lo vitoreaban.
Acechado por la justicia brasileña, obtuvo un respaldo sobresaliente de Donald Trump.
El presidente estadounidense impuso aranceles punitivos a Brasil en represalia a una supuesta "caza de brujas" contra su aliado sudamericano y su gobierno decidió sanciones financieras sobre Moraes.
- Política en familia -
Bolsonaro accedió al poder en 2019 bajo el sello de "outsider", aunque llevaba casi tres décadas en la política.
Nacido el 21 de marzo de 1955 en el interior del estado de Sao Paulo, en una familia de origen italiano, Bolsonaro tuvo cinco hijos con tres mujeres.
Los cuatro primeros se lanzaron a la política. De la quinta, la única mujer, Laura, dijo que la engendró en un momento de "debilidad".
Junto a los varones y su actual esposa Michelle - una fiel evangélica 27 años menor que él, que se define católico - forma hoy un clan político altamente activo.
Capitán retirado del Ejército, nunca renegó de los años de plomo de la dictadura militar (1964-1985), cuyo "error fue torturar y no matar" a los disidentes, según dijo antes de llegar a la presidencia.
Después de una carrera militar marcada por episodios de insubordinación, Bolsonaro fue electo diputado desde 1991.
Su discurso llano y directo se mantuvo siempre beligerante y causó polémicas por comentarios misóginos, racistas y homofóbicos.
Poco visible en el Congreso, salió de las sombras tras la destitución en 2016 de la expresidenta Dilma Rousseff, heredera política de Lula.
Sus diatribas contra la corrupción, la violencia, la crisis económica y la izquierda "podrida" sedujeron a buena parte de la población.
Este populista, que en público suele vestir pantalones cortos y la camiseta de la selección brasileña, se aseguró el apoyo de poderosos sectores del agronegocio y los evangélicos.
Durante la campaña presidencial de 2018, sufrió una puñalada durante un acto partidario. El atentado le dejó heridas en el abdomen y hospitalizaciones aún recurrentes.
- 700.000 muertes por covid -
Su mandato estuvo marcado por crisis, a pesar de un balance económico más bien positivo.
Considerada desastrosa por los expertos, su gestión de la pandemia de covid-19 dio lugar a intensos enfrentamientos con la corte suprema.
Calificó de "gripecita" al virus que causó cerca de 700.000 muertes en Brasil, se opuso al confinamiento e ironizó sobre las vacunas que, según él, podían "transformar en cocodrilo".
Negacionista climático, dejó expandirse la deforestación en la Amazonía. No dudó en insultar a líderes extranjeros y dejó aislado a Brasil en el escenario internacional.
En la segunda vuelta electoral de 2022, Bolsonaro perdió por un margen estrecho frente a Lula.
Viajó a Estados Unidos antes del fin de su mandato y antes de que el 8 de enero de 2023 miles de sus simpatizantes asaltaran las sedes del poder público en Brasilia, para exigir una intervención militar contra Lula.
Para la fiscalía, que lo acusa de haber planeado sin éxito un golpe de Estado, estos disturbios fueron la "última esperanza" bolsonarista para aferrarse al poder.
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G.Tsang--ThChM