The China Mail - La deuda de Francia crece

USD -
AED 3.67305
AFN 68.773892
ALL 85.1919
AMD 383.819835
ANG 1.789699
AOA 917.000009
ARS 1341.546981
AUD 1.55323
AWG 1.8025
AZN 1.702645
BAM 1.708921
BBD 2.018218
BDT 122.195767
BGN 1.713345
BHD 0.376959
BIF 2979.706852
BMD 1
BND 1.297101
BOB 6.907097
BRL 5.5906
BSD 0.999672
BTN 87.54407
BWP 13.649927
BYN 3.271194
BYR 19600
BZD 2.00782
CAD 1.383555
CDF 2890.000079
CHF 0.811645
CLF 0.024936
CLP 977.900548
CNY 7.176898
CNH 7.210805
COP 4174.53
CRC 505.122436
CUC 1
CUP 26.5
CVE 96.345486
CZK 21.461598
DJF 178.003014
DKK 6.51971
DOP 60.892549
DZD 130.923039
EGP 48.569501
ERN 15
ETB 138.526224
EUR 0.87362
FJD 2.269702
FKP 0.753407
GBP 0.75573
GEL 2.702819
GGP 0.753407
GHS 10.495642
GIP 0.753407
GMD 72.000271
GNF 8671.224797
GTQ 7.676882
GYD 209.126455
HKD 7.849975
HNL 26.261823
HRK 6.581201
HTG 131.169313
HUF 349.239773
IDR 16501.4
ILS 3.392025
IMP 0.753407
INR 87.495978
IQD 1309.42135
IRR 42112.497909
ISK 124.219637
JEP 0.753407
JMD 159.943729
JOD 0.709024
JPY 150.429498
KES 128.940175
KGS 87.450357
KHR 4004.456192
KMF 431.500861
KPW 899.943686
KRW 1395.569838
KWD 0.30605
KYD 0.832958
KZT 539.837043
LAK 21585.443107
LBP 89567.793093
LKR 302.068634
LRD 200.415037
LSL 18.132856
LTL 2.95274
LVL 0.60489
LYD 5.461019
MAD 9.136766
MDL 17.212259
MGA 4526.09275
MKD 53.788855
MMK 2099.176207
MNT 3589.345014
MOP 8.082308
MRU 39.91175
MUR 46.649439
MVR 15.391204
MWK 1733.28382
MXN 18.80145
MYR 4.265016
MZN 63.959701
NAD 18.132856
NGN 1532.27011
NIO 36.785747
NOK 10.296045
NPR 140.070338
NZD 1.694725
OMR 0.38449
PAB 0.999585
PEN 3.56705
PGK 4.146006
PHP 58.174962
PKR 283.754123
PLN 3.733386
PYG 7486.402062
QAR 3.644585
RON 4.429499
RSD 102.339019
RUB 80.273574
RWF 1445.378886
SAR 3.751382
SBD 8.244163
SCR 14.684375
SDG 600.496201
SEK 9.761975
SGD 1.29711
SHP 0.785843
SLE 23.000039
SLL 20969.503947
SOS 571.266301
SRD 36.815498
STD 20697.981008
STN 21.407195
SVC 8.746368
SYP 13001.531245
SZL 18.127963
THB 32.739969
TJS 9.425981
TMT 3.51
TND 2.967063
TOP 2.342096
TRY 40.592602
TTD 6.786518
TWD 29.926971
TZS 2570.00019
UAH 41.696586
UGX 3583.302388
UYU 40.0886
UZS 12586.557155
VES 123.721575
VND 26199
VUV 119.302744
WST 2.758516
XAF 573.151008
XAG 0.027346
XAU 0.000304
XCD 2.70255
XCG 1.80154
XDR 0.69341
XOF 573.151008
XPF 104.204985
YER 240.650173
ZAR 18.08895
ZMK 9001.201917
ZMW 22.965115
ZWL 321.999592

La deuda de Francia crece




Francia se enfrenta a un reto financiero sin precedentes. Con una deuda pública de más de 3,2 billones de euros, que representa más del 110 % del producto interior bruto (PIB), la segunda economía más grande de la zona euro se encuentra en una situación peligrosa. El déficit presupuestario se sitúa en torno al 5,5 % del PIB y se prevé que supere el 6 % este año. Estas cifras superan con creces los requisitos de la UE, que permiten un déficit máximo del 3 % y una ratio de deuda del 60 % del PIB. Los mercados financieros reaccionan con creciente nerviosismo y los tipos de interés de los bonos del Estado francés alcanzan niveles récord. ¿Qué ha provocado este caos de la deuda y cómo puede Francia evitar el abismo que se avecina?

Las raíces de la crisis son profundas. Durante décadas, Francia ha mantenido una relación relajada con la deuda, que contrasta con la estricta disciplina presupuestaria de otros países como Alemania. Durante la pandemia del coronavirus y la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania, el Gobierno inyectó miles de millones en la economía para apoyar a los hogares y las empresas. Las subvenciones a los precios de la electricidad y las generosas prestaciones sociales mantuvieron la economía estable, pero provocaron un aumento vertiginoso de la deuda. Desde 2017, cuando el presidente Emmanuel Macron asumió el cargo, la deuda pública ha aumentado en casi un billón de euros. Los críticos acusan al Gobierno de haber retrasado las reformas estructurales necesarias, mientras que el gasto público se sitúa en casi el 60 % del PIB, uno de los más altos del mundo.

La situación política agrava la crisis. Tras las elecciones parlamentarias anticipadas de verano de 2024, el Parlamento está fragmentado y es difícil formar mayorías. El primer ministro François Bayrou, en el cargo desde otoño de 2024, ha presentado un ambicioso programa de austeridad para reducir el déficit por debajo del 3 % para 2029. Las medidas incluyen la supresión de dos días festivos, la congelación de las pensiones y las prestaciones sociales, la eliminación de 3000 puestos de funcionarios y una mayor imposición de las rentas altas. Sin embargo, estos planes se enfrentan a una fuerte oposición. El partido nacionalista de derecha Rassemblement National y los partidos de izquierda amenazan con votar una moción de censura, lo que pone en peligro el Gobierno de Bayrou. Su predecesor, Michel Barnier, ya tuvo que dimitir tras solo tres meses en el cargo, cuando fracasó su proyecto de presupuesto.

Los mercados financieros observan la situación con recelo. Los tipos de interés de los bonos del Estado francés superan en algunos casos a los de Grecia, lo que constituye una señal alarmante. Solo para el servicio de la deuda, Francia gasta alrededor de 50 000 millones de euros al año, y la tendencia va en aumento. Los expertos advierten de que esta cifra podría ascender a entre 80 000 y 90 000 millones de euros en 2027, lo que haría prácticamente imposible invertir en educación, infraestructuras o protección del clima. Las agencias de calificación crediticia como S&P y Moody's siguen considerando sólida la solvencia de Francia, pero han amenazado con rebajarla si no se reducen los déficits.

La crisis también tiene dimensiones europeas. Francia es sistémicamente importante para la zona del euro, y un aumento incontrolado de la deuda podría poner en peligro la estabilidad de la moneda común. A diferencia de la crisis de la deuda griega de 2008, en la que intervinieron los fondos de rescate, un paquete de rescate para Francia sería difícilmente financiable. La UE ha iniciado un procedimiento disciplinario contra Francia para ejercer presión en favor de la consolidación presupuestaria, pero la inestabilidad política dificulta las reformas.

¿Qué puede hacer Francia? Los planes de austeridad de Bayrou son un primer paso, pero su aplicación es incierta. Las subidas de impuestos son políticamente delicadas, ya que Francia ya tiene una de las tasas impositivas más altas de Europa. Los recortes del gasto podrían frenar el crecimiento económico, que este año apenas supera el 1 %. Al mismo tiempo, los expertos exigen reformas estructurales para aumentar la productividad y reducir la dependencia del sector público. Sin mayorías políticas claras, sigue existiendo el riesgo de que Francia siga cayendo en la trampa de la deuda.

Los ciudadanos ya están sintiendo la crisis. Se multiplican las huelgas y las protestas contra las medidas de austeridad, y el clima social es tenso. Muchos franceses se sienten atrapados entre el alto coste de la vida y los recortes que se avecinan. El Gobierno se enfrenta al reto de recuperar la credibilidad sin perder la confianza de los mercados ni de la población.

Salir del caos de la deuda requiere valentía y voluntad de compromiso. Bayrou ha calificado la situación como «la última parada antes del abismo». Que Francia pueda superar esta crisis depende de que la política y la sociedad estén dispuestas a tomar decisiones difíciles. El tiempo apremia, porque los mercados financieros no perdonan más retrasos. Francia se encuentra en una encrucijada: entre las reformas y el riesgo.