The China Mail - EE.UU.: ¿Ataque a Maduro?

USD -
AED 3.672499
AFN 68.51272
ALL 81.97504
AMD 383.119696
ANG 1.790403
AOA 917.000327
ARS 1469.425797
AUD 1.495145
AWG 1.8025
AZN 1.691881
BAM 1.657071
BBD 2.015039
BDT 121.809563
BGN 1.64828
BHD 0.377018
BIF 2945
BMD 1
BND 1.278907
BOB 6.913643
BRL 5.296958
BSD 1.000445
BTN 88.071848
BWP 13.30961
BYN 3.386074
BYR 19600
BZD 2.014107
CAD 1.37403
CDF 2825.000248
CHF 0.786075
CLF 0.024159
CLP 947.760065
CNY 7.11435
CNH 7.10223
COP 3867.63
CRC 503.950351
CUC 1
CUP 26.5
CVE 93.519621
CZK 20.49395
DJF 177.720074
DKK 6.28972
DOP 62.502267
DZD 129.190991
EGP 48.083502
ERN 15
ETB 144.450064
EUR 0.84259
FJD 2.23025
FKP 0.734967
GBP 0.732315
GEL 2.683593
GGP 0.734967
GHS 12.250241
GIP 0.734967
GMD 71.99983
GNF 8660.000394
GTQ 7.669204
GYD 209.2309
HKD 7.78124
HNL 26.179802
HRK 6.347299
HTG 130.910169
HUF 328.307503
IDR 16411
ILS 3.337155
IMP 0.734967
INR 87.88495
IQD 1310
IRR 42062.50203
ISK 120.50296
JEP 0.734967
JMD 160.781838
JOD 0.708981
JPY 146.340999
KES 129.512179
KGS 87.448604
KHR 4007.999656
KMF 415.000249
KPW 900.007376
KRW 1378.310509
KWD 0.3049
KYD 0.833704
KZT 540.992565
LAK 21649.999912
LBP 89549.999567
LKR 302.065197
LRD 177.725001
LSL 17.340051
LTL 2.95274
LVL 0.60489
LYD 5.414952
MAD 8.962497
MDL 16.567325
MGA 4470.000177
MKD 51.862621
MMK 2099.083667
MNT 3597.122259
MOP 8.019911
MRU 39.920193
MUR 45.259831
MVR 15.310349
MWK 1737.000161
MXN 18.293896
MYR 4.204505
MZN 63.910232
NAD 17.340176
NGN 1496.101184
NIO 36.729823
NOK 9.760295
NPR 140.914617
NZD 1.669995
OMR 0.384498
PAB 1.000445
PEN 3.478977
PGK 4.169794
PHP 56.775014
PKR 281.502545
PLN 3.580664
PYG 7138.923485
QAR 3.64075
RON 4.265402
RSD 98.689903
RUB 83.191288
RWF 1445
SAR 3.750932
SBD 8.217066
SCR 14.754637
SDG 601.496316
SEK 9.228095
SGD 1.275602
SHP 0.785843
SLE 23.310276
SLL 20969.503664
SOS 571.501717
SRD 38.299501
STD 20697.981008
STN 21.125
SVC 8.753818
SYP 13001.858835
SZL 17.339981
THB 31.659757
TJS 9.414416
TMT 3.51
TND 2.88375
TOP 2.342103
TRY 41.311904
TTD 6.795027
TWD 30.064598
TZS 2475.000256
UAH 41.171741
UGX 3504.268073
UYU 40.184869
UZS 12299.999679
VES 160.24738
VND 26382.5
VUV 119.183243
WST 2.760903
XAF 555.766241
XAG 0.023479
XAU 0.000271
XCD 2.70255
XCG 1.803054
XDR 0.695295
XOF 554.501421
XPF 100.87502
YER 239.55007
ZAR 17.347502
ZMK 9001.196392
ZMW 23.386075
ZWL 321.999592

EE.UU.: ¿Ataque a Maduro?




El súbito incremento de activos navales estadounidenses en el Caribe y la respuesta militar de Caracas han devuelto a la primera línea una pregunta que muchos en la región habían archivado: ¿cómo sería una “Operación Venezuela” contra Nicolás Maduro? Más allá de la retórica, los movimientos recientes sugieren un esquema de coerción militar calibrada —centrado en antinarcóticos y presión político-judicial— que busca evitar una invasión clásica y, al mismo tiempo, elevar el costo de permanencia del chavismo en el poder.

El marco estratégico y legal
Washington mantiene desde 2020 acusaciones penales contra Maduro y altos cargos venezolanos por narcoterrorismo y corrupción, mientras que el andamiaje de sanciones financieras y energéticas fue reconfigurado en 2024 tras el incumplimiento de compromisos electorales. El resultado de las presidenciales de 2024 —que Caracas dio por victorioso a Maduro y la oposición denunció como fraudulento— dejó a Venezuela en una crisis de legitimidad sostenida y a Estados Unidos con incentivos para combinar presión diplomática, económica y operativa.

Qué busca EE.UU. con la presencia naval
El despliegue naval cumple varios objetivos simultáneos: (1) reforzar operaciones de interdicción contra carteles y rutas marítimas de cocaína que usan el Caribe; (2) aumentar la vigilancia y disuasión cerca del territorio venezolano; (3) disponer de una capacidad creíble de ataque de precisión de largo alcance si fuera necesario; y (4) enviar un mensaje a socios y rivales —desde Guyana hasta Irán y Rusia— de que el entorno estratégico del Caribe importa a la seguridad de EE.UU.

Capacidades de Caracas y factores de riesgo
Venezuela conserva defensas antiaéreas y una arquitectura de seguridad apoyada por asesoría de aliados extrahemisféricos. El gobierno moviliza milicias y unidades en la frontera con Colombia, mientras prioriza control territorial y supervivencia del liderazgo. En el vecindario, Brasil defiende la no intervención y la estabilidad de fronteras; Colombia busca contener derrames transfronterizos; y Guyana observa con preocupación cualquier movimiento que afecte la disputa del Esequibo. Todo ello convierte cualquier operación en un ejercicio de precisión política además de militar.

Cómo podría verse una “Operación Venezuela” (probable guion en fases)
Fase 0 — Modelado del terreno. Incremento de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) marítimo-aéreo; ciber-operaciones para penetrar redes de mando y comunicaciones; cooperación judicial para reforzar casos de extradición y congelamiento de activos.

Fase 1 — Cerco marítimo y presión antinarcóticos. Ampliación de interdicciones y “zonas de seguridad” en rutas críticas, con inspecciones a embarcaciones sospechosas, afectando ingresos ilícitos de redes ligadas al poder. Esta fase evidencia la narrativa pública de lucha contra el narcotráfico y limita escalada inmediata.

Fase 2 — Golpes de precisión limitados (si hubiera detonante). En un escenario de agresión o amenaza inminente, empleo de misiles de crucero y munición guiada para suprimir radares, pistas y nodos C2 específicos, evitando daño colateral y sin ocupación de terreno. Objetivo: degradar la capacidad de coerción del régimen y su aparato represivo.

Fase 3 — Acciones especiales y policiales. Operaciones puntuales —propias o en cooperación— para detener a individuos con acusaciones federales, desarticular células de tráfico y obtener información estratégica. El énfasis estaría en “capturar, no ocupar”.

Fase 4 — Contención y canales humanitarios. Establecimiento de corredores para asistencia, apoyo a terceros países receptores de desplazados y coordinación con organismos internacionales. Se buscaría condicionar un proceso político verificable a cambio de alivio gradual de sanciones.

Lo que probablemente NO veremos
Una invasión anfibia a gran escala o un cambio de régimen por ocupación militar directa luce improbable por coste político, riesgo regional y rechazo doméstico e internacional. Tampoco es verosímil un bloqueo total que afecte de forma indiscriminada a la población. La lógica dominante es la de “máxima presión selectiva”, con palancas militares, judiciales y financieras sincronizadas.

Efectos colaterales y líneas rojas
Cualquier escalada podría perturbar mercados energéticos, tensar la seguridad en el arco Guayana-Caribe y abrir espacio a actores extrahemisféricos. La presencia de redes ilícitas transnacionales —incluidas organizaciones designadas como terroristas— y proveedores externos de drones, inteligencia o entrenamiento, aumenta la volatilidad. Las capitales regionales han subrayado que el respeto a fronteras y la no intervención son condiciones para acompañar salidas negociadas.

La vía de salida
El desenlace menos costoso pasa por garantías verificables: calendario electoral creíble, observación internacional robusta, liberación de presos políticos y pasos humanitarios irreversibles; a cambio, alivio escalonado de sanciones y normalización económica. La acumulación de medios militares cerca de Venezuela no anticipa una guerra inevitable, sino que busca hacer creíble la amenaza de consecuencias si el statu quo se endurece.