The China Mail - Trump avala Submarino Nuclear

USD -
AED 3.672501
AFN 66.089238
ALL 82.356749
AMD 381.379028
ANG 1.790403
AOA 917.000373
ARS 1435.853104
AUD 1.505118
AWG 1.8
AZN 1.694684
BAM 1.665701
BBD 2.011566
BDT 122.053213
BGN 1.665158
BHD 0.376524
BIF 2951.957553
BMD 1
BND 1.289847
BOB 6.901104
BRL 5.419032
BSD 0.998757
BTN 90.32074
BWP 13.23329
BYN 2.944318
BYR 19600
BZD 2.00867
CAD 1.376705
CDF 2239.999753
CHF 0.796197
CLF 0.023268
CLP 912.797294
CNY 7.054501
CNH 7.04882
COP 3802.48
CRC 499.591197
CUC 1
CUP 26.5
CVE 93.909689
CZK 20.68855
DJF 177.854807
DKK 6.36593
DOP 63.492199
DZD 129.121848
EGP 47.433704
ERN 15
ETB 156.054371
EUR 0.85229
FJD 2.271797
FKP 0.748248
GBP 0.748465
GEL 2.714885
GGP 0.748248
GHS 11.465218
GIP 0.748248
GMD 72.999899
GNF 8686.135738
GTQ 7.649724
GYD 208.949377
HKD 7.78199
HNL 26.294542
HRK 6.422802
HTG 130.909494
HUF 327.902997
IDR 16658.3
ILS 3.226135
IMP 0.748248
INR 90.702398
IQD 1308.339579
IRR 42122.497584
ISK 126.490018
JEP 0.748248
JMD 159.910063
JOD 0.708981
JPY 155.051996
KES 129.25028
KGS 87.450166
KHR 3998.569202
KMF 419.515731
KPW 899.999687
KRW 1471.334985
KWD 0.306702
KYD 0.83234
KZT 520.883014
LAK 21652.074675
LBP 89437.725693
LKR 308.612114
LRD 176.279212
LSL 16.850259
LTL 2.95274
LVL 0.60489
LYD 5.425155
MAD 9.188356
MDL 16.883559
MGA 4424.439599
MKD 52.420231
MMK 2099.265884
MNT 3545.865278
MOP 8.008704
MRU 39.969851
MUR 45.95065
MVR 15.399721
MWK 1731.876405
MXN 18.008939
MYR 4.08993
MZN 63.909977
NAD 16.850259
NGN 1450.050401
NIO 36.75788
NOK 10.12975
NPR 144.513525
NZD 1.730595
OMR 0.382801
PAB 0.998757
PEN 3.362574
PGK 4.305169
PHP 59.107944
PKR 279.898566
PLN 3.59842
PYG 6708.625741
QAR 3.639964
RON 4.339032
RSD 99.968914
RUB 79.524727
RWF 1453.634939
SAR 3.752204
SBD 8.176752
SCR 14.96291
SDG 601.496925
SEK 9.27199
SGD 1.29065
SHP 0.750259
SLE 24.124974
SLL 20969.503664
SOS 569.769026
SRD 38.547983
STD 20697.981008
STN 20.865803
SVC 8.739013
SYP 11056.681827
SZL 16.844382
THB 31.470175
TJS 9.178477
TMT 3.51
TND 2.919704
TOP 2.40776
TRY 42.700988
TTD 6.777611
TWD 31.287008
TZS 2474.99976
UAH 42.199785
UGX 3549.771752
UYU 39.193977
UZS 12032.380458
VES 267.43975
VND 26314.5
VUV 121.127634
WST 2.775483
XAF 558.66066
XAG 0.015876
XAU 0.00023
XCD 2.70255
XCG 1.80001
XDR 0.694795
XOF 558.66066
XPF 101.570052
YER 238.5008
ZAR 16.856606
ZMK 9001.199631
ZMW 23.046263
ZWL 321.999592

Trump avala Submarino Nuclear




El 29 de octubre de 2025, en la ciudad surcoreana de Gyeongju, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió con su homólogo surcoreano Lee Jae‑myung durante la cumbre de líderes del Foro de Cooperación Económica de Asia‑Pacífico (APEC). Tras semanas de negociaciones comerciales y de seguridad, ambos mandatarios anunciaron un amplio acuerdo que, entre otras cosas, reduce los aranceles estadounidenses a los productos surcoreanos y compromete a Seúl a realizar inversiones masivas en territorio estadounidense. Pero la noticia que más sorprendió a la región fue la autorización de Washington para que Corea del Sur pueda construir un submarino de propulsión nuclear.

Una decisión que rompe precedentes
Donald Trump comunicó públicamente que ha dado luz verde a Corea del Sur para pasar de los antiguos submarinos diésel a una nave impulsada por reactor nuclear. Según explicó en su red social, la embarcación se construirá en los astilleros de Filadelfia, propiedad del grupo surcoreano Hanwha Ocean, adquirido por esa compañía en 2024. Desde el punto de vista del mandatario, fabricar el submarino en Estados Unidos permitirá revitalizar la industria naval estadounidense y reforzar la alianza con Seúl. Además, Trump afirmó que el gobierno surcoreano se comprometió a comprar grandes cantidades de petróleo y gas a Estados Unidos y a realizar inversiones por 150 000 millones de dólares en el sector naval estadounidense y otros 200 000 millones en distintos sectores industriales.

Esta autorización es histórica porque, desde la década de 1950, Estados Unidos ha compartido su tecnología de propulsión nuclear sólo con el Reino Unido. Con ella, Corea del Sur se incorporaría al reducido grupo de países capaces de operar submarinos de propulsión nuclear, junto a Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y la India. A diferencia de los proyectos de la alianza AUKUS, que suministra reactores a Australia, la propuesta surcoreana contempla un único submarino y excluye la incorporación de armamento nuclear; la solicitud de Seúl se centra en emplear combustible enriquecido para mejorar autonomía y capacidades de seguimiento submarino.

Detalles del acuerdo comercial y las inversiones
El pacto alcanzado durante la visita de Trump contempla la reducción de los aranceles estadounidenses a productos surcoreanos al 15 % desde el 25 %, a cambio de que Seúl financie 350 000 millones de dólares en inversiones y compras. De ese total, 150 000 millones se destinarán específicamente al sector naval estadounidense en un plazo de varios años, y los 200 000 millones restantes irán a otros sectores clave, con un límite de 20 000 millones de dólares por año para evitar una desestabilización de la moneda surcoreana. Además, las inversiones de empresas surcoreanas en Estados Unidos superarán los 600 000 millones de dólares e incluirán la compra de equipamiento militar por valor de 25 000 millones para 2030. El acuerdo comercial también excluye los semiconductores, pero ambos gobiernos aseguran que las condiciones para esos productos no serán peores que las concedidas a Taiwán.

Reacciones y debate regional
La decisión de Washington generó reacciones inmediatas en Asia oriental. Corea del Norte, que en los últimos años ha desarrollado submarinos experimentales de propulsión nuclear y mantiene un programa de armas estratégicas, vio en la autorización una amenaza a su posición militar. China, por su parte, instó a Estados Unidos y Corea del Sur a respetar los compromisos de no proliferación nuclear y a no desestabilizar la región. Mientras tanto, el ministro de Defensa japonés, Shinjiro Koizumi, manifestó que Tokio debe debatir la posibilidad de incorporar submarinos de propulsión nuclear en su flota. Japón opera actualmente submarinos diésel‑eléctricos de la clase Taigei y su legislación limita el uso militar de la energía atómica, por lo que un viraje hacia reactores nucleares implicaría cambios legales y grandes inversiones. Sin embargo, el avance chino en este campo y las ambiciones norcoreanas han reactivado el debate político en Tokio.

Dentro de Corea del Sur, algunos legisladores y expertos cuestionan la necesidad y el costo del proyecto. Observan que el astillero de Filadelfia carece de experiencia en la construcción de submarinos de guerra y que, aunque la industria surcoreana posee tecnología avanzada, desarrollar un reactor naval puede llevar casi una década. Además, las disposiciones del Acuerdo 123 sobre energía atómica, vigente entre Estados Unidos y Corea del Sur, prohíben a Seúl enriquecer uranio o reprocesar combustible con fines militares. Para operar un submarino nuclear, Seúl depende de la cooperación estadounidense tanto para el suministro de combustible como para transferir la tecnología necesaria.

Organizaciones de control de armas también advirtieron que un submarino nuclear surcoreano podría abrir la puerta al uso de uranio altamente enriquecido con fines militares, lo que exigiría nuevas salvaguardias por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica. Los defensores del proyecto replican que un submarino de propulsión nuclear tiene mayor autonomía y capacidad de vigilancia que uno diésel‑eléctrico, por lo que podría vigilar mejor la península coreana e incluso liberar recursos de la Marina estadounidense en la región.

Contexto internacional y significado estratégico
La autorización de Donald Trump llega en un momento de crecientes tensiones en el Indo‑Pacífico. China ha modernizado su flota de submarinos nucleares y expande su presencia en el Mar de China Meridional. Corea del Norte ha anunciado planes para construir un submarino nuclear táctico y ha profundizado sus vínculos militares con Rusia. Por su parte, Estados Unidos busca reforzar la disuasión extendida en la región y preservar su influencia frente al auge chino. La decisión de permitir un submarino nuclear surcoreano puede interpretarse como un mensaje político a Pekín y como una herramienta para fortalecer la alianza Seúl‑Washington. No obstante, expertos señalan que la medida también comercializa la relación, pues condiciona la cooperación de seguridad a fuertes compromisos económicos por parte de Corea del Sur.

En paralelo a la autorización, Trump anunció su intención de reanudar las pruebas de armas nucleares, suspendidas desde 1992. Este anuncio ha generado inquietud en la comunidad internacional y se interpreta como parte de una estrategia de presión sobre otras potencias que han probado misiles de crucero de alcance casi ilimitado. La conjunción de ambos anuncios –la autorización para el submarino surcoreano y el retorno de las pruebas nucleares estadounidenses– marca un giro significativo en la política de seguridad de Washington y subraya el regreso de la competición nuclear como eje de la geopolítica mundial.

Perspectivas
Aunque la autorización estadounidense permite a Corea del Sur embarcarse en la construcción de su primer submarino de propulsión nuclear, el proyecto sigue rodeado de incógnitas. Se necesitan acuerdos precisos sobre el suministro y el tipo de combustible, la participación de la industria surcoreana, los costos y los plazos de construcción. Igualmente, cualquier avance requerirá la aceptación de los parlamentos y la opinión pública en ambos países. Corea del Sur deberá equilibrar su deseo de mayor autonomía defensiva con las obligaciones de no proliferación y con las preocupaciones de sus vecinos.

En definitiva, la luz verde de Donald Trump a Corea del Sur para construir un submarino de propulsión nuclear constituye un hecho sin precedentes que reconfigura la seguridad en Asia oriental. Refuerza la alianza bilateral a través de un intercambio de inversiones y tecnología, pero también suscita debates sobre la proliferación nuclear, la competencia con China y el costo político y económico de la disuasión en el siglo XXI.