The China Mail - La crisis de identidad de los grandes parques nacionales de EEUU

USD -
AED 3.672976
AFN 71.055594
ALL 87.061306
AMD 390.195672
ANG 1.80229
AOA 915.999493
ARS 1169.367701
AUD 1.56508
AWG 1.8
AZN 1.700827
BAM 1.726572
BBD 2.025239
BDT 121.869938
BGN 1.72636
BHD 0.378098
BIF 2983.29324
BMD 1
BND 1.310499
BOB 6.930829
BRL 5.695904
BSD 1.003041
BTN 84.76692
BWP 13.730882
BYN 3.282528
BYR 19600
BZD 2.014822
CAD 1.38215
CDF 2873.000221
CHF 0.827805
CLF 0.024692
CLP 947.53985
CNY 7.27135
CNH 7.273995
COP 4232.02
CRC 506.631944
CUC 1
CUP 26.5
CVE 97.341461
CZK 22.009014
DJF 178.617618
DKK 6.59209
DOP 59.032023
DZD 132.647701
EGP 50.860203
ERN 15
ETB 134.606849
EUR 0.883298
FJD 2.25945
FKP 0.749663
GBP 0.750415
GEL 2.745009
GGP 0.749663
GHS 14.293344
GIP 0.749663
GMD 71.501321
GNF 8687.515173
GTQ 7.724462
GYD 210.484964
HKD 7.755911
HNL 26.029114
HRK 6.653801
HTG 131.035244
HUF 357.047006
IDR 16571.5
ILS 3.609765
IMP 0.749663
INR 84.677802
IQD 1313.73847
IRR 42112.493041
ISK 128.710003
JEP 0.749663
JMD 158.78775
JOD 0.709198
JPY 144.481984
KES 129.839932
KGS 87.450577
KHR 4014.741906
KMF 434.496665
KPW 900.011381
KRW 1428.205015
KWD 0.306502
KYD 0.835783
KZT 514.647601
LAK 21686.066272
LBP 89872.479044
LKR 300.259103
LRD 200.606481
LSL 18.677031
LTL 2.95274
LVL 0.60489
LYD 5.475147
MAD 9.296986
MDL 17.217315
MGA 4453.70399
MKD 54.32283
MMK 2099.538189
MNT 3574.392419
MOP 8.012798
MRU 39.690141
MUR 45.080168
MVR 15.409869
MWK 1739.283964
MXN 19.65175
MYR 4.314495
MZN 63.999743
NAD 18.673816
NGN 1606.270082
NIO 36.90936
NOK 10.42005
NPR 135.627425
NZD 1.68806
OMR 0.384991
PAB 1.003032
PEN 3.677638
PGK 4.095253
PHP 55.829501
PKR 281.827034
PLN 3.781388
PYG 8033.511218
QAR 3.655833
RON 4.397398
RSD 103.446754
RUB 81.845205
RWF 1440.892679
SAR 3.750392
SBD 8.361298
SCR 14.280329
SDG 600.494181
SEK 9.71375
SGD 1.308715
SHP 0.785843
SLE 22.790146
SLL 20969.483762
SOS 573.196677
SRD 36.847025
STD 20697.981008
SVC 8.775321
SYP 13002.38052
SZL 18.660534
THB 33.499501
TJS 10.571919
TMT 3.5
TND 2.978994
TOP 2.342101
TRY 38.454597
TTD 6.792886
TWD 32.069922
TZS 2694.082002
UAH 41.609923
UGX 3674.195442
UYU 42.206459
UZS 12970.563573
VES 86.73797
VND 26005
VUV 120.584578
WST 2.773259
XAF 579.073422
XAG 0.031472
XAU 0.000312
XCD 2.70255
XDR 0.720178
XOF 579.08109
XPF 105.265016
YER 244.949951
ZAR 18.635865
ZMK 9001.199855
ZMW 27.90983
ZWL 321.999592
La crisis de identidad de los grandes parques nacionales de EEUU
La crisis de identidad de los grandes parques nacionales de EEUU / Foto: © AFP

La crisis de identidad de los grandes parques nacionales de EEUU

Al Parque Nacional Glacier pronto no le quedará ningún glaciar. Los árboles gigantes del Parque de las Secuoyas arden. Incluso los cactus del Parque Nacional Saguaro sufren por la sequía.

Tamaño del texto:

El cambio climático está amenazando a los emblemas de numerosos parques estadounidenses, visitados por millones de personas cada año y que por su extensión y sus impresionantes paisajes encarnan en varios sentidos el "mito americano" ante los ojos del mundo.

En el Parque Nacional Glacier, en el corazón de Montana (noroeste), Grinnell, uno de los glaciares más admirados, es sólo una sombra de sí mismo.

Tras horas de caminata para llegar hasta él, el excursionista es recompensado con la vista de aguas de color azul pastel, rodeadas de secciones escarpadas de montaña.

Pero por muy hermoso que sea, este lago simboliza con su sola presencia los estragos del cambio climático.

Hace apenas unas décadas aquí solo se podía encontrar hielo. Grinnell se halla hoy enclavado en una hondonada, al abrigo del sol, al borde de este lago formado por su deshielo.

El joven aventurero Ryan Bergman no sale sin embargo de su asombro. "Es espectacular. De verdad, me estoy enamorando del escenario aquí", dice este estudiante de 22 años que tardó dos meses en visitar una decena de parques y sueña con volver algún día con sus hijos, sin sospechar la magnitud de la tragedia que se está produciendo.

El parque ha perdido alrededor del 60% de sus glaciares desde alrededor de la década de 1850, y, según los científicos, hacia fines de este siglo todos deberían haber desaparecido.

- Nueva filosofía -

La defensa de los 63 parques históricos es uno de los raros temas en los que todos en este país están de acuerdo, sea cual sea su bando político.

Con más de 300 millones de visitantes al año, también representan un fuerte aporte para el sector turístico.

El gobierno de Joe Biden anunció recientemente que dedicaría casi 200 millones de dólares a la adaptación de los parques, en el marco de su importante ley climática.

Creado en 1916, el Servicio de Parques Nacionales (NPS) tiene como principal misión preservar "intactas" estas joyas para las "generaciones futuras".

Hoy, sin embargo, "está bastante claro" que este objetivo "ya no es alcanzable en muchos lugares", reconoce John Gross, ecologista del programa de respuesta al cambio climático del NPS.

"Es muy posible que los parques pierdan el elemento icónico que les dio su nombre", dice, y subraya que la crisis climática ha provocado un verdadero cambio de filosofía.

- Modificar -

Allí donde la batalla ya está perdida, se están adoptando medidas radicales: ya no es tabú modificar el estado natural de un parque como recurso para reducir los daños.

A orillas del lago McDonald, Chris Downs, jefe de recursos acuáticos del Parque Nacional Glacier, relata la épica tarea de salvar al Salvelinus Confluentus, una especie de pez nativo que vive en agua fría.

Privada en parte del hielo que se derretía a finales del verano, el agua de los lagos se ha calentado, amenazando la supervivencia de la especie, explica.

Al mismo tiempo, los peces están sujetos a la competencia de las truchas introducidas para la pesca, más adaptadas a los cambios.

En 1969, el lago McDonald, el más grande del parque, tenía casi cinco veces más peces nativos que truchas. Cincuenta años después, la tendencia se ha invertido.

En 2014, se tomó la decisión de trasladar los Salvelinus Confluentus a aguas más frías, río arriba, donde nunca se los había visto.

Decenas de peces fueron transportados "en mochilas" con bolsas de hielo a su "refugio", recuerda Chris Downs. Miles más, procedentes de granjas, serán trasladados en helicóptero en los próximos años.

"Están creciendo muy bien" en su nuevo lago, afirma el biólogo.

Los escépticos critican que se haya manipulado la naturaleza. Downs habla de la "necesidad" de hacerlo.

Esta misma necesidad ha llevado al parque a realizar análisis de ADN para replantar, en lo alto de la montaña, pinos de corteza blanca amenazados, seleccionando los más resistentes a la sequía.

- Resistir -

Según un estudio de 2018, los parques nacionales se están calentando dos veces más rápido que el resto del país porque están ubicados principalmente en Alaska o en altas montañas, zonas más sensibles al calentamiento global.

Se han observado "impactos transformacionales de cambio climático antropogénico a lo largo de los parques en este momento", destaca Gross.

En el parque Costa Nacional Dunas de Indiana (norte), las playas están sumergidas y las dunas se derrumban.

A diferencia de los ya condenados glaciares, aquí todavía se resiste: todos los años se rellenan algunos de los lugares dañados en esta zona protegida que se extiende por la orilla sur del inmenso lago Michigan.

En este día de noviembre, la batalla contra la erosión está simbolizada por el ir y venir de dos grandes excavadoras.

Unas 80.000 toneladas de arena, extraídas de una cantera, reconstruyen la playa situada al pie de la duna más famosa del parque, Monte Baldy, muy popular en verano entre los residentes de la región de Chicago.

"El objetivo es mantener la playa como ha estado siempre", explica a la AFP Thomas Kanies, director de proyectos del Cuerpo de Ingenieros del Ejército.

Este parque tiene la particularidad de estar rodeado de industrias (desde siderúrgicas a centrales eléctricas de carbón) y al mismo tiempo alberga una increíble biodiversidad.

La proximidad al puerto industrial de Michigan City es la principal culpable de la erosión, dice Kanies, porque el muelle bloquea el flujo de arena a lo largo de la costa.

Hasta ahora era manejable, pero el calentamiento global "ha cambiado completamente la situación", afirmó a la AFP Erin Argyilan, geóloga del NPS.

- "Vendaje" -

El hielo que normalmente se forma en el lago en invierno "es la primera línea de defensa para proteger a las dunas de las grandes olas", explica la experta.

"El mayor problema que hemos visto es que las tormentas empiezan a finales de octubre y el hielo no llega hasta finales de diciembre", dice delante de una duna parcialmente destruida.

Hay otros factores en juego, como el agua más cálida del lago en invierno, que provoca tormentas más fuertes. O el escurrimiento de las lluvias, que se han vuelto más intensas.

Un último fenómeno intriga a la investigadora: al congelarse y descongelarse con mayor frecuencia, trozos de dunas acaban por derrumbarse.

"Nuestro objetivo es minimizar lo más posible el impacto", continúa Argyilan, aunque reconoce que los aportes de arena son sólo un "vendaje" temporal.

Se han empleado soluciones más invasivas.

En 2020, el agua del lago, que cada 30 años alcanza su máximo, estaba en su punto más alto cuando violentas tormentas agravaron el panorama.

En uno de los pueblos que salpican el parque, las casas amenazaban con derrumbarse y los habitantes erigieron gigantescos bloques de roca para protegerlas de la erosión.

El problema fue que los bloques impidieron que la arena llegara más allá de las dunas.

"No se puede destruir la playa sólo para salvar algunas casas", afirma Betsy Maher, de la asociación Save the Dunes, ilustrando el cruel dilema que plantea aquí el cambio climático: proteger la naturaleza o a los seres humanos.

- Tarea titánica -

En el otro extremo del país, en el Parque Nacional Saguaro, los aproximadamente dos millones de cactus del mismo nombre, los más grandes de Estados Unidos, forman una suerte de bosque, con sus brazos apuntando hacia el cielo.

Aquí los cambios aún no se notan. Pero detrás de su aparente buena salud, estos cactus emblemáticos de Arizona, aunque adaptados a ambientes ultra áridos, están amenazados por una sequía que lleva ya unos 30 años.

En 2020, y nuevamente el año pasado, cayó una cantidad extremadamente pequeña de lluvia en el verano, normalmente un período monzónico.

Una planta aprovechó para colonizar el parque: una maleza invasora, la Cenchrus ciliaris, originaria de África e introducida en el país para servir como forraje.

Esta especie, que cubre las laderas de las montañas con matas de color amarillo pajizo, "es muy seca la mayor parte del año y puede incendiarse rápida y fácilmente", subraya Frankie Foley, biólogo del parque.

En 1994 y 1999 la planta alimentó incendios que devastaron los saguaros.

Cada fin de semana, grupos de voluntarios se reúnen bajo la dirección de Foley para desherbar. Armados con picos, cavan con todas sus fuerzas. Una tarea titánica dada la inmensidad del parque.

- A largo plazo -

La sequía se ha vuelto tan intensa aquí que los saguaros tienen dificultades para renovarse.

Cuando son jóvenes, estos cactus no pueden almacenar mucha agua porque crecen muy lentamente: a los 15 años, sólo miden unos 10 centímetros.

"Desde mediados de la década de 1990 hemos visto sobrevivir a muy pocos saguaros jóvenes", se preocupa el biólogo Don Swann.

Esta tendencia sigue la curva de la sequía, explica, equipado con un medidor para controlar un pequeño saguaro, del que sólo encuentra un ejemplar después de diez minutos de búsqueda.

Por el momento, el problema es invisible, debido a que muchos cactus, que pueden vivir unos 200 años, subsisten.

Pero según un censo decenal, en 2020, el número de saguaros era sólo ligeramente superior al de 2010. Don Swann espera que su población disminuya en 2030.

"Nuestra gran preocupación a largo plazo es que en algún momento ya no tengamos saguaros en el Parque Nacional Saguaro".

- Electrochoque -

La pérdida de estos cactus, al igual que la de los glaciares, tendría un impacto tanto ambiental como cultural.

Los nativos americanos de la tribu Tohono O'odham consideran a los saguaros como sus antepasados.

De sus frutos se elabora un almíbar utilizado en las ceremonias.

En Montana, para la nación Blackfeet los glaciares son "sagrados". "Estamos aquí gracias a esta agua", afirma su responsable de cambio climático, Termaine Edmo.

Bajo el liderazgo de esta mujer comprometida, allí donde la tierra se seca al pie de las montañas se instalan vallas de madera para retener la nieve y represas que imitan las de los castores construidas en los ríos.

Elocuentemente, el nombre amerindio de una de sus hijas significa "glaciar". "Ella me pregunta todo el tiempo: 'Mamá, ¿qué pasará si no hay más nieve en las montañas? ¿Cambiará mi nombre?'", dice esta madre de 35 años.

"Le respondo: 'No, ángel mío, nos adaptaremos, como lo hicieron nuestros antepasados'".

¿Podrían estas desapariciones servir de electrochoque para despertar a los estadounidenses, desinteresados aún en gran medida por la causa del clima?

Los parques nacionales son como "aulas naturales" para "ver las consecuencias del cambio climático", dice Wylie Carr, de la oficina del NPS.

A lo largo de los senderos las pancartas se multiplican. "¿Cuántos glaciares para las próximas generaciones?", se pregunta en una de ellas, apuntando a crear conciencia.

E.Choi--ThChM