The China Mail - DOGE: Fracaso en recortar gasto

USD -
AED 3.672497
AFN 70.500846
ALL 85.305536
AMD 383.759429
ANG 1.789623
AOA 916.999864
ARS 1182.270499
AUD 1.53171
AWG 1.8025
AZN 1.699023
BAM 1.688822
BBD 2.018142
BDT 122.249135
BGN 1.69288
BHD 0.37704
BIF 2942
BMD 1
BND 1.27971
BOB 6.921831
BRL 5.492901
BSD 0.999486
BTN 85.958163
BWP 13.345422
BYN 3.271062
BYR 19600
BZD 2.007728
CAD 1.35735
CDF 2877.000006
CHF 0.81425
CLF 0.024399
CLP 936.298585
CNY 7.17975
CNH 7.180615
COP 4100.5
CRC 503.844676
CUC 1
CUP 26.5
CVE 95.625013
CZK 21.476004
DJF 177.719948
DKK 6.453701
DOP 59.24971
DZD 129.791986
EGP 50.263303
ERN 15
ETB 134.316915
EUR 0.86527
FJD 2.24125
FKP 0.736284
GBP 0.73698
GEL 2.725025
GGP 0.736284
GHS 10.274967
GIP 0.736284
GMD 71.493657
GNF 8656.000311
GTQ 7.681581
GYD 209.114263
HKD 7.84963
HNL 26.149994
HRK 6.519499
HTG 130.801014
HUF 348.120249
IDR 16279.8
ILS 3.505045
IMP 0.736284
INR 86.03305
IQD 1310
IRR 42110.00017
ISK 124.260556
JEP 0.736284
JMD 159.534737
JOD 0.70898
JPY 144.880201
KES 129.497036
KGS 87.450143
KHR 4019.999863
KMF 425.511953
KPW 900
KRW 1361.060093
KWD 0.30611
KYD 0.832934
KZT 512.565895
LAK 21677.482409
LBP 89600.000025
LKR 300.951131
LRD 199.649918
LSL 17.819634
LTL 2.95274
LVL 0.60489
LYD 5.425013
MAD 9.122497
MDL 17.092157
MGA 4434.999873
MKD 53.255616
MMK 2099.907788
MNT 3581.247911
MOP 8.081774
MRU 39.670249
MUR 45.280218
MVR 15.404957
MWK 1736.000354
MXN 18.934475
MYR 4.240979
MZN 63.950359
NAD 17.819802
NGN 1543.160082
NIO 36.367659
NOK 9.8995
NPR 137.533407
NZD 1.648927
OMR 0.384489
PAB 0.999503
PEN 3.602502
PGK 4.121897
PHP 56.564992
PKR 283.110318
PLN 3.69795
PYG 7973.439139
QAR 3.640498
RON 4.344399
RSD 101.409001
RUB 78.50072
RWF 1425
SAR 3.751807
SBD 8.347391
SCR 14.675058
SDG 600.498951
SEK 9.48669
SGD 1.281475
SHP 0.785843
SLE 22.225014
SLL 20969.503664
SOS 571.500489
SRD 38.740981
STD 20697.981008
SVC 8.745774
SYP 13001.9038
SZL 17.819738
THB 32.5035
TJS 10.125468
TMT 3.5
TND 2.922497
TOP 2.342103
TRY 39.416665
TTD 6.785398
TWD 29.426803
TZS 2579.432009
UAH 41.557366
UGX 3603.362447
UYU 40.870605
UZS 12730.000182
VES 102.167011
VND 26064.5
VUV 119.102474
WST 2.619188
XAF 566.420137
XAG 0.027511
XAU 0.000295
XCD 2.70255
XDR 0.70726
XOF 564.999759
XPF 103.585115
YER 242.950262
ZAR 17.831869
ZMK 9001.198126
ZMW 24.238499
ZWL 321.999592

DOGE: Fracaso en recortar gasto




El Departamento de Gasto Eficiente del Gobierno (DOGE), una iniciativa lanzada en 2024 bajo la administración de Donald Trump, prometía revolucionar la gestión fiscal de Estados Unidos recortando gastos innecesarios y optimizando el presupuesto federal. Sin embargo, a más de un año de su creación, DOGE ha sido catalogado como un rotundo fracaso, incapaz de cumplir sus ambiciosos objetivos y generando más críticas que resultados concretos. Este artículo analiza las razones detrás de su ineficacia y el impacto de su desempeño en la economía estadounidense.

DOGE, liderado inicialmente por figuras como Elon Musk y Vivek Ramaswamy, se presentó con la misión de identificar y eliminar gastos federales superfluos, reducir la burocracia y mejorar la eficiencia del gobierno. La propuesta resonó entre quienes abogaban por un gobierno más austero, especialmente tras años de déficits fiscales crecientes. Se estimaba que el gobierno federal gastaría 6.8 billones de dólares en 2024, con un déficit proyectado de 1.9 billones. DOGE prometía ahorros significativos, con metas iniciales de recortar al menos 2 billones en una década.

Sin embargo, los resultados han sido decepcionantes. Hasta abril de 2025, los recortes verificables atribuidos a DOGE apenas alcanzan los 100 mil millones de dólares, una fracción de lo prometido, y muchos de estos ahorros provienen de ajustes ya planificados antes de su creación. Programas sociales, infraestructura y defensa, que representan la mayor parte del presupuesto, han resultado intocables debido a presiones políticas y necesidades prácticas. Por ejemplo, intentos de reducir fondos para Medicare o el Departamento de Defensa enfrentaron fuerte oposición en el Congreso, limitando el margen de acción de DOGE.

La estructura de DOGE también ha sido un obstáculo. Diseñado como un organismo consultivo sin autoridad ejecutiva directa, depende de la aprobación de otras agencias y del Congreso para implementar cambios. Esta falta de poder real ha frustrado sus esfuerzos, dejando muchas recomendaciones en el limbo. Además, la rotación de personal clave, incluidas las salidas de algunos asesores prominentes, ha mermado su capacidad operativa. La complejidad del presupuesto federal, con miles de partidas entrelazadas, ha demostrado ser un desafío mayor de lo anticipado.

Otro factor crítico es la percepción pública. DOGE fue promocionado como una solución audaz, pero su incapacidad para generar ahorros visibles ha alimentado el escepticismo. Encuestas recientes muestran que solo el 22% de los estadounidenses cree que DOGE ha tenido un impacto positivo, mientras que el 60% lo considera ineficaz. La retórica inicial, que prometía recortes drásticos sin afectar servicios esenciales, resultó insostenible, erosionando la confianza. Las críticas también señalan que DOGE ha desviado atención de reformas fiscales más amplias, como la simplificación del código tributario o el aumento de ingresos.

El contexto económico no ha ayudado. Con una inflación que, aunque moderada en 2025 (alrededor del 2.5%), sigue presionando los costos, y un crecimiento del PIB proyectado en un modesto 1.8%, los márgenes para recortes agresivos son limitados. La deuda nacional, que supera los 34 billones de dólares, exige soluciones integrales más allá de la reducción de gastos. DOGE, sin una estrategia clara para abordar el lado de los ingresos, como impuestos o crecimiento económico, ha quedado atrapado en un enfoque unilateral.

El impacto de DOGE en la política fiscal ha sido mínimo, pero sus consecuencias políticas son notables. La percepción de fracaso ha debilitado la narrativa de eficiencia gubernamental promovida por sus defensores, afectando la credibilidad de iniciativas similares. Algunos analistas argumentan que DOGE podría haber funcionado mejor como una comisión temporal con metas específicas, en lugar de una entidad permanente con expectativas infladas.

Mirando hacia adelante, el futuro de DOGE es incierto. Sin ajustes significativos en su mandato o estructura, es improbable que cumpla sus promesas originales. La experiencia subraya una lección clave: recortar el gasto federal requiere no solo voluntad política, sino también un enfoque práctico y coordinado que DOGE no ha logrado implementar. Mientras el déficit sigue creciendo, Estados Unidos necesita soluciones más robustas para garantizar la sostenibilidad fiscal.