The China Mail - DOGE: Fracaso en recortar gasto

USD -
AED 3.672983
AFN 70.500677
ALL 85.793685
AMD 383.760025
ANG 1.789623
AOA 915.999902
ARS 1182.429103
AUD 1.53242
AWG 1.8025
AZN 1.698562
BAM 1.688822
BBD 2.018142
BDT 122.249135
BGN 1.689298
BHD 0.377055
BIF 2942
BMD 1
BND 1.27971
BOB 6.921831
BRL 5.493515
BSD 0.999486
BTN 85.958163
BWP 13.345422
BYN 3.271062
BYR 19600
BZD 2.007728
CAD 1.35745
CDF 2876.999772
CHF 0.81425
CLF 0.024413
CLP 936.850009
CNY 7.17975
CNH 7.180715
COP 4104
CRC 503.844676
CUC 1
CUP 26.5
CVE 95.625013
CZK 21.444402
DJF 177.720301
DKK 6.448701
DOP 59.249777
DZD 129.791972
EGP 50.26805
ERN 15
ETB 134.29797
EUR 0.86469
FJD 2.24625
FKP 0.736284
GBP 0.736595
GEL 2.739628
GGP 0.736284
GHS 10.275023
GIP 0.736284
GMD 71.501353
GNF 8655.999865
GTQ 7.681581
GYD 209.114263
HKD 7.849865
HNL 26.101353
HRK 6.516803
HTG 130.801014
HUF 348.13012
IDR 16270
ILS 3.486315
IMP 0.736284
INR 86.10115
IQD 1310
IRR 42110.000403
ISK 124.19576
JEP 0.736284
JMD 159.534737
JOD 0.709013
JPY 144.733979
KES 129.499323
KGS 87.450421
KHR 4019.999859
KMF 425.49682
KPW 900
KRW 1359.895489
KWD 0.30607
KYD 0.832934
KZT 512.565895
LAK 21677.498278
LBP 89600.00059
LKR 300.951131
LRD 199.649776
LSL 17.819938
LTL 2.95274
LVL 0.604889
LYD 5.424998
MAD 9.122497
MDL 17.092157
MGA 4434.99988
MKD 53.22462
MMK 2099.907788
MNT 3581.247911
MOP 8.081774
MRU 39.670125
MUR 45.299938
MVR 15.405035
MWK 1736.00004
MXN 18.917602
MYR 4.240501
MZN 63.950327
NAD 17.820311
NGN 1542.990148
NIO 36.301509
NOK 9.913602
NPR 137.533407
NZD 1.65017
OMR 0.384503
PAB 0.999503
PEN 3.603011
PGK 4.121898
PHP 56.166001
PKR 283.1023
PLN 3.69255
PYG 7973.439139
QAR 3.640495
RON 4.340986
RSD 101.323976
RUB 78.637527
RWF 1425
SAR 3.752152
SBD 8.347391
SCR 14.674972
SDG 600.494418
SEK 9.487904
SGD 1.279535
SHP 0.785843
SLE 22.22503
SLL 20969.503664
SOS 571.495151
SRD 38.741003
STD 20697.981008
SVC 8.745774
SYP 13001.9038
SZL 17.820088
THB 32.440201
TJS 10.125468
TMT 3.5
TND 2.922504
TOP 2.342103
TRY 39.382301
TTD 6.785398
TWD 29.420302
TZS 2579.431976
UAH 41.557366
UGX 3603.362447
UYU 40.870605
UZS 12787.503082
VES 102.167044
VND 26061.5
VUV 119.102474
WST 2.619188
XAF 566.420137
XAG 0.027533
XAU 0.000295
XCD 2.70255
XDR 0.70726
XOF 565.000225
XPF 103.599167
YER 242.949974
ZAR 17.81005
ZMK 9001.194723
ZMW 24.238499
ZWL 321.999592

DOGE: Fracaso en recortar gasto




El Departamento de Gasto Eficiente del Gobierno (DOGE), una iniciativa lanzada en 2024 bajo la administración de Donald Trump, prometía revolucionar la gestión fiscal de Estados Unidos recortando gastos innecesarios y optimizando el presupuesto federal. Sin embargo, a más de un año de su creación, DOGE ha sido catalogado como un rotundo fracaso, incapaz de cumplir sus ambiciosos objetivos y generando más críticas que resultados concretos. Este artículo analiza las razones detrás de su ineficacia y el impacto de su desempeño en la economía estadounidense.

DOGE, liderado inicialmente por figuras como Elon Musk y Vivek Ramaswamy, se presentó con la misión de identificar y eliminar gastos federales superfluos, reducir la burocracia y mejorar la eficiencia del gobierno. La propuesta resonó entre quienes abogaban por un gobierno más austero, especialmente tras años de déficits fiscales crecientes. Se estimaba que el gobierno federal gastaría 6.8 billones de dólares en 2024, con un déficit proyectado de 1.9 billones. DOGE prometía ahorros significativos, con metas iniciales de recortar al menos 2 billones en una década.

Sin embargo, los resultados han sido decepcionantes. Hasta abril de 2025, los recortes verificables atribuidos a DOGE apenas alcanzan los 100 mil millones de dólares, una fracción de lo prometido, y muchos de estos ahorros provienen de ajustes ya planificados antes de su creación. Programas sociales, infraestructura y defensa, que representan la mayor parte del presupuesto, han resultado intocables debido a presiones políticas y necesidades prácticas. Por ejemplo, intentos de reducir fondos para Medicare o el Departamento de Defensa enfrentaron fuerte oposición en el Congreso, limitando el margen de acción de DOGE.

La estructura de DOGE también ha sido un obstáculo. Diseñado como un organismo consultivo sin autoridad ejecutiva directa, depende de la aprobación de otras agencias y del Congreso para implementar cambios. Esta falta de poder real ha frustrado sus esfuerzos, dejando muchas recomendaciones en el limbo. Además, la rotación de personal clave, incluidas las salidas de algunos asesores prominentes, ha mermado su capacidad operativa. La complejidad del presupuesto federal, con miles de partidas entrelazadas, ha demostrado ser un desafío mayor de lo anticipado.

Otro factor crítico es la percepción pública. DOGE fue promocionado como una solución audaz, pero su incapacidad para generar ahorros visibles ha alimentado el escepticismo. Encuestas recientes muestran que solo el 22% de los estadounidenses cree que DOGE ha tenido un impacto positivo, mientras que el 60% lo considera ineficaz. La retórica inicial, que prometía recortes drásticos sin afectar servicios esenciales, resultó insostenible, erosionando la confianza. Las críticas también señalan que DOGE ha desviado atención de reformas fiscales más amplias, como la simplificación del código tributario o el aumento de ingresos.

El contexto económico no ha ayudado. Con una inflación que, aunque moderada en 2025 (alrededor del 2.5%), sigue presionando los costos, y un crecimiento del PIB proyectado en un modesto 1.8%, los márgenes para recortes agresivos son limitados. La deuda nacional, que supera los 34 billones de dólares, exige soluciones integrales más allá de la reducción de gastos. DOGE, sin una estrategia clara para abordar el lado de los ingresos, como impuestos o crecimiento económico, ha quedado atrapado en un enfoque unilateral.

El impacto de DOGE en la política fiscal ha sido mínimo, pero sus consecuencias políticas son notables. La percepción de fracaso ha debilitado la narrativa de eficiencia gubernamental promovida por sus defensores, afectando la credibilidad de iniciativas similares. Algunos analistas argumentan que DOGE podría haber funcionado mejor como una comisión temporal con metas específicas, en lugar de una entidad permanente con expectativas infladas.

Mirando hacia adelante, el futuro de DOGE es incierto. Sin ajustes significativos en su mandato o estructura, es improbable que cumpla sus promesas originales. La experiencia subraya una lección clave: recortar el gasto federal requiere no solo voluntad política, sino también un enfoque práctico y coordinado que DOGE no ha logrado implementar. Mientras el déficit sigue creciendo, Estados Unidos necesita soluciones más robustas para garantizar la sostenibilidad fiscal.