The China Mail - Económica de Arabia Saudita?

USD -
AED 3.672975
AFN 69.502091
ALL 84.423342
AMD 383.649973
ANG 1.789699
AOA 917.000219
ARS 1326.261402
AUD 1.537858
AWG 1.8025
AZN 1.699432
BAM 1.677927
BBD 2.021611
BDT 121.653562
BGN 1.68069
BHD 0.376832
BIF 2948.5
BMD 1
BND 1.285244
BOB 6.918266
BRL 5.459698
BSD 1.001188
BTN 87.580376
BWP 13.460705
BYN 3.305122
BYR 19600
BZD 2.011213
CAD 1.375255
CDF 2889.999994
CHF 0.807702
CLF 0.024779
CLP 972.079583
CNY 7.18315
CNH 7.18428
COP 4045.65
CRC 506.856895
CUC 1
CUP 26.5
CVE 95.250281
CZK 21.019777
DJF 177.720281
DKK 6.41485
DOP 61.000328
DZD 129.789621
EGP 48.546597
ERN 15
ETB 138.174957
EUR 0.85946
FJD 2.255901
FKP 0.748619
GBP 0.745105
GEL 2.697456
GGP 0.748619
GHS 10.549702
GIP 0.748619
GMD 72.500926
GNF 8674.999926
GTQ 7.681782
GYD 209.4774
HKD 7.849991
HNL 26.350119
HRK 6.476002
HTG 131.389867
HUF 341.119497
IDR 16314.65
ILS 3.425205
IMP 0.748619
INR 87.460121
IQD 1310
IRR 42124.999899
ISK 122.719583
JEP 0.748619
JMD 160.308847
JOD 0.70899
JPY 147.402499
KES 129.50442
KGS 87.449592
KHR 4009.999772
KMF 422.498484
KPW 900.062687
KRW 1386.019787
KWD 0.304875
KYD 0.834409
KZT 539.457711
LAK 21599.999891
LBP 89550.000244
LKR 301.01706
LRD 200.999831
LSL 17.770129
LTL 2.95274
LVL 0.60489
LYD 5.435017
MAD 9.062031
MDL 16.865775
MGA 4435.000338
MKD 52.846646
MMK 2099.545551
MNT 3592.45472
MOP 8.095383
MRU 39.91387
MUR 45.330041
MVR 15.398797
MWK 1736.494114
MXN 18.645802
MYR 4.234046
MZN 63.959777
NAD 17.770594
NGN 1530.529969
NIO 36.750274
NOK 10.24927
NPR 140.128602
NZD 1.681589
OMR 0.384509
PAB 1.001274
PEN 3.556499
PGK 4.140497
PHP 57.132989
PKR 282.550445
PLN 3.655055
PYG 7498.981233
QAR 3.640502
RON 4.359099
RSD 100.68598
RUB 79.249
RWF 1441.5
SAR 3.752798
SBD 8.217066
SCR 14.624735
SDG 600.503518
SEK 9.592085
SGD 1.28507
SHP 0.785843
SLE 23.101353
SLL 20969.503947
SOS 571.499464
SRD 37.120425
STD 20697.981008
STN 21.25
SVC 8.760965
SYP 13001.872254
SZL 17.770413
THB 32.331941
TJS 9.361496
TMT 3.51
TND 2.880496
TOP 2.342097
TRY 40.60424
TTD 6.785259
TWD 29.838797
TZS 2484.999948
UAH 41.495678
UGX 3574.109583
UYU 40.193719
UZS 12524.999654
VES 128.74775
VND 26215
VUV 120.338221
WST 2.772398
XAF 562.756142
XAG 0.026211
XAU 0.000295
XCD 2.70255
XCG 1.804471
XDR 0.700098
XOF 565.497109
XPF 102.675058
YER 240.449637
ZAR 17.739785
ZMK 9001.202394
ZMW 23.208349
ZWL 321.999592

Económica de Arabia Saudita?




Arabia Saudí, símbolo durante mucho tiempo de la riqueza impulsada por el petróleo, se enfrenta a crecientes retos económicos que amenazan su estabilidad financiera en esta década. La fuerte dependencia del reino de los ingresos del petróleo, junto con los ambiciosos planes de gasto y los cambios en el mercado mundial, ha creado una situación fiscal precaria. Los analistas advierten de que, sin reformas significativas, la nación corre el riesgo de agotar sus reservas y entrar en una espiral hacia la quiebra.

El problema fundamental radica en la dependencia de Arabia Saudí del petróleo, que representa una parte sustancial de sus ingresos. Los precios mundiales del petróleo han sido volátiles y recientemente han caído por debajo de los 60 dólares por barril, un nivel demasiado bajo para sostener el presupuesto del reino. El Fondo Monetario Internacional estima que Arabia Saudí necesita que los precios del petróleo superen los 90 dólares por barril para equilibrar su presupuesto nacional. Con unos costes de producción entre los más bajos del mundo, el reino puede soportar precios más bajos durante más tiempo que muchos de sus competidores, pero la prolongada recesión está erosionando sus reservas fiscales. Los ingresos petroleros del primer trimestre de este año cayeron un 18 % interanual, lo que refleja tanto la bajada de los precios como el estancamiento de los niveles de producción.

A esto se suma el agresivo gasto del reino en el marco de Visión 2030, un plan transformador para diversificar la economía. Megaproyectos como NEOM, una ciudad futurista, y las inversiones en turismo, tecnología y entretenimiento requieren un capital enorme. El Fondo de Inversión Pública, encargado de impulsar estas iniciativas, tiene previsto inyectar 267 000 millones de dólares en la economía local para 2025. Aunque los ingresos no petroleros crecieron un 2 % en el primer trimestre, siguen siendo insuficientes para compensar la caída de los ingresos petroleros. Se prevé que el déficit presupuestario del Gobierno se amplíe hasta casi el 5 % del PIB este año, frente al 2,5 % del año pasado, con estimaciones que apuntan a un déficit de hasta 67 000 millones de dólares.

Las reservas de divisas de Arabia Saudí, que alcanzaron un máximo de 746 000 millones de dólares en 2014, se han reducido a 434 600 millones a finales de 2023. La Agencia Monetaria de Arabia Saudí ha transferido fondos al Fondo de Inversión Pública y ha financiado la recuperación tras la pandemia, lo que ha supuesto una mayor presión sobre las reservas. Para cubrir el déficit, el reino ha recurrido al endeudamiento, y la deuda pública supera ahora los 300 000 millones de dólares. Los planes de emitir 11 000 millones de dólares adicionales en bonos y sukuk este año indican una creciente dependencia de los mercados de deuda. La ratio deuda/PIB, aunque relativamente baja, del 26 %, está aumentando de forma constante, lo que suscita preocupación sobre la sostenibilidad a largo plazo.

La situación económica mundial añade más presión. La demanda de petróleo se está debilitando debido a la desaceleración de la economía mundial, especialmente en mercados importantes como China. La estrategia de Arabia Saudí de inundar los mercados para mantener su cuota, como se ha visto en anteriores guerras de precios, corre el riesgo de ser contraproducente. A diferencia de las campañas anteriores de 2014 y 2020, que lograron frenar la producción de sus rivales, las medidas actuales podrían no estimular la demanda, dejando al reino expuesto a unos precios bajos prolongados. La decisión de revertir los recortes de producción de la OPEP+, que añaden casi un millón de barriles diarios al suministro mundial, ha provocado una caída de los precios, lo que socava los objetivos de ingresos.

A nivel interno, el reino se enfrenta a retos para mantener su contrato social. El elevado gasto público en salarios, subsidios e infraestructuras ha sustentado durante mucho tiempo el apoyo de la población. Más de dos tercios de los saudíes en activo trabajan para el Estado, y los salarios consumen una parte significativa del presupuesto. Las medidas de recorte de gastos, como la reducción de los subsidios y los nuevos impuestos, han despertado el malestar de los ciudadanos acostumbrados a un generoso sistema de bienestar. El gasto militar, incluida la participación en conflictos regionales como el de Yemen, sigue agotando los recursos, sin que se vislumbre una solución clara.

Se están llevando a cabo esfuerzos para diversificar la economía, pero se enfrentan a obstáculos. La Visión 2030 tiene como objetivo aumentar la contribución del sector privado al 65 % del PIB para 2030, pero los avances son lentos. Los sectores no petroleros, como el turismo y la industria manufacturera, están creciendo, pero siguen siendo incipientes. Los requisitos de contenido local, como el impulso de Saudi Aramco para que el 70 % de las compras se realicen en el país para 2025, tienen como objetivo estimular la industria nacional, pero pueden disuadir a los inversores extranjeros recelosos de las regulaciones restrictivas. Mientras tanto, la población joven del reino, con grandes expectativas en materia de empleo y oportunidades, añade presión para obtener resultados tangibles.

Los factores geopolíticos también influyen. Los recientes acuerdos comerciales, entre ellos un acuerdo de defensa por valor de 142 000 millones de dólares con Estados Unidos, reflejan las prioridades estratégicas de Arabia Saudí, pero suponen una carga adicional para las finanzas. Las inversiones en inteligencia artificial y otros sectores forman parte de un impulso más amplio para posicionar al reino como actor global, pero llegan en un momento en el que la prudencia fiscal es fundamental. La capacidad del reino para cumplir estos compromisos y atender al mismo tiempo las necesidades internas será un delicado ejercicio de equilibrio.

Arabia Saudí no carece de herramientas para evitar la crisis. Sus bajos costes de producción le proporcionan una ventaja competitiva y sus importantes reservas, aunque disminuidas, ofrecen un colchón. El Gobierno ha señalado su disposición a recortar gastos y aumentar el endeudamiento, lo que podría retrasar o reducir algunos proyectos de la Visión 2030. La privatización y las asociaciones público-privadas podrían aliviar la presión fiscal, al igual que un repunte de los precios del petróleo, aunque esto último parece poco probable a corto plazo. La ley de quiebras del reino, reformada en 2018, proporciona un marco para la reestructuración de las entidades en dificultades, lo que podría mitigar las quiebras empresariales.

Sin embargo, el camino a seguir está plagado de riesgos. La persistencia de los bajos precios del petróleo, la incapacidad de diversificar las fuentes de ingresos y el gasto descontrolado podrían agotar las reservas en pocos años. Se cierne la posibilidad de una devaluación del riyal saudí, vinculado al dólar estadounidense, lo que podría desencadenar la inflación y el malestar social. La estabilidad política, vinculada desde hace tiempo a la prosperidad económica, podría ponerse a prueba si crece el descontento público. Los dirigentes del reino deben actuar con decisión para reformar el gasto, acelerar la diversificación y reforzar el crecimiento no petrolero a fin de evitar un ajuste financiero.